miércoles, 27 de enero de 2016

El ingenioso amigo de Sánchez, de La Matanza


No se cómo lo convenció pero Sánchez empezó a trabajar todo el día para él, y ahora se las arregla como puede para conseguir algún ingreso extra porque parece que su amigo le prometió pagarle recién cuando su proyecto diera ganancias y, por lo que me había contado Sánchez, no era un proyecto muy serio. Más bien parecía el de una mente paranoica. Pero claro, si daba resultado las ganancias serían muchas, no sólo en lo económico sino en beneficios mucho más gloriosos; y con el entusiasmo que tenía su amigo y su espíritu idealista emprendedor, al final lo terminó convenciendo.


Más tarde me enteré de que Sánchez quedó atrapado en esa paranoia y ya no sale de su casa, dispuesto a completar por todos los medios la misión que habían comenzado; y resulta que su amigo se dio cuenta de que todo había sido una locura, que él no era un hacker, ni estaba protegido por la armadura de un firewall especial; y aunque Sánchez supiera algo de informática y programación, era una fantasía descabellada querer rescatar la libertad y la vida privada de las personas (incluidas las de su amada Dulcinea de Morón) de las garras del dominio de las empresas Micros*ft, Appl* y  Googl*, con sus maliciosos software espías, y sus ojos artificiales vigías, instalados en cada computadora, en cada tablet, en cada celular y en cada dispositivo digital existente.






lunes, 25 de enero de 2016

Pampero (y la ciclotimia)



Un océano vivo terroso,
desplegándose hacia todos los puntos cardinales,
convierte al horizonte en infinito, en aro que nos rodea.

El viento no encuentra obstáculos
para transportar brasas, o hacer lo mismo con hielos,
quedando así liberado…
y a veces con ráfagas de furia, y otras con silbidos susurrantes,
les recuerda a los navegantes que se atreven a surcarlo
que este campo de La Pampa nunca fue domesticado.


Atravesando la calandria se convierte en melodía;
luego formando bandadas garabatea los cielos.
Vestido de trigal dorado hace un baile a ras del suelo;
después con forma de nubes tiñe el paisaje con motas
de unos pigmentos solares.

Trayendo lluvias riega las cosechas,
y con tormentas las azota.
Con forma de zorro corre a toda prisa,
enrosca su cola y se hace torbellino.
Alzando la tierra borra toda huella,
pulveriza el aire y se despereza.
Trayendo las plagas combate avionetas,
retuerce molinos, gira las veletas.



Por más sembrados que se planten,
por más postes que se instalen,

por más ganados que se siembren,
o cosechas que se ordeñen,
por más caminos que se tracen,
y tranqueras que se monten,

el campo no es de los hombres:
es un terreno del viento,
y un espejo para sus cielos.







Aquí he armado mi nombre



(Lejos de aquí he plantado mi semilla de bondad..).



Artesanal trazo azulmora
Serpiente de lluvias de fuego
Tempos félidos en danza oscuridad


Oscura danza félida del tiempo
fuego de lluvia serpenteante
azulmora trazo de artesano



(..la buena semilla mía, plantada en las lejanías).