Siempre
me voy de mí…
a veces
más, a veces menos.
El otro
día volví con una piel distinta
que no
sé de dónde habré sacado,
pero
tenía un color azulado
y olor a
tornado de Centroamérica,
con
escamas de iguana
y pelos
de lobizón viejo.
Encuentro
en mi bolsillo
unos
fósforos y una anotación
que
parece tener mi letra desprolija
diciendo
algo así:
“es el
Amor el que me tiene miedo,
por mi
indecorosa pulsión al suicidio”
…y no
puedo evitar pensar:
¿dónde
habré estado esta vez?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario